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HANTAVIRUS Actualidad
HANTAVIRUS

Actualización epidemiológica y terapéutica

Enero de 2019

Introducción

Desde 1995, un brote familiar de Síndrome Pulmonar por Hantavirus en el sur de Argentina, llevó al descubrimiento del virus Andes en El Bolsón y en Bariloche en 1996, se documentó por primera vez la transmisión interhumana (Padula et al. 1998).

Actualmente, la localidad de Epuyén ubicada en el departamento Cushamen, al noroeste de la provincia de Chubut, en la Patagonia andina con una población de aproximadamente 4.000 habitantes se encuentra con un nuevo brote por hantavirus con mayoría de casos con sospecha de transmisión interhumana.

Dada la gravedad del cuadro y lo infrecuente de brotes sostenidos por transmisión interhumana con su potencial propagación a otras ciudades, vemos necesaria una actualización del tema.

Generalidades

El género Hantavirus es de distribución mundial. Son virus ARN donde los roedores constituyen el reservorio natural. 

En Argentina las zonas de riesgo son: 1) Noroeste del país que coincide con la ecorregión de Yungas y en menor medida el Chaco Seco, 2) Noreste que abarca la selva misionera, 3) La región pampeana y el Delta del Paraná y 4) El bosque valdiviano en la precordillera patagónica.

Transmisión 

La enfermedad es considerada una zoonosis. La transmisión es a través de:

1- orina fresca de roedor, excremento, saliva y/o materiales de anidación que producen pequeñas gotas contenedoras de virus que entran en contacto con el aire: este proceso se conoce como transmisión aérea y es la principal forma de contagio. El contacto con el polvo contaminado puede producirse al efectuar la limpieza de viviendas, cobertizos o lugares cerrados que han estado abandonados o descuidados durante un tiempo. En el caso de la región andina, los practicantes del camping y senderismo son los más expuestos a contraer la enfermedad debido a la práctica de colocar sus bolsas de dormir directamente sobre el suelo o en refugios polvorientos.

2- Transmisión interhumana: Se sospecha que la transmisión es en la fase prodrómica o un periodo corto luego de comenzar con los síntomas y a través de secreciones respiratorias. También se ha encontrado el virus en sangre, orina y semen. En un estudio en Chile (Ferrés 2007) el 3,4% de los convivientes de pacientes con Hantavirus desarrollaron la enfermedad, siendo el probable factor de riesgo más determinante el de pareja sexual. 

3- Otras:

● Mordedura de roedores.
● Contacto directo con excrementos, orina y/o saliva de roedores y luego tocarse la nariz, la boca o los ojos.
● Comer alimentos contaminados por excrementos, orina y/o saliva de roedores.

Síntomas

Periodo de incubación: 9-12 días (habitual de 4- 42 días). 

La enfermedad presenta una etapa prodrómica que dura entre 3-5 días y se caracteriza por fiebre de inicio súbito, escalofríos y mialgias a lo que se suma cefalea, náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea. Esta etapa se acompaña de plaquetopenia y constituye la alteración de laboratorio más precoz y orientadora.

Por un lapso breve la persona infectada se siente mejor, pero dentro de las 48 horas aparece dificultad respiratoria debido a la infiltración de líquido en los pulmones.

La fase cardiopulmonar clínicamente constituye un síndrome de distress respiratorio del adulto.

Hallazgos en análisis clínicos:

  • Hemograma: 10-45 % de inmunoblastos, leucocitosis con desviación a la izquierda y plaquetopenia,
  • aumento leve-moderado de las transaminasas,
  • fosfatasa alcalina normal o levemente aumentada,
  • bilirrubina normal,
  • aumento de LDH,
  • hipocolesterolemia,
  • hipoalbuminemia,
  • prolongación de los tiempos de coagulación.

Marco epidemiológico – histórico

La enfermedad es endémica, con una presentación de tipo estacional en primavera-verano, concentrándose alrededor de 70% de los casos entre noviembre y marzo de cada año.

Desde 1988 a la semana epidemiológica 51 del año 2018 se han confirmado 90 casos de hantavirus afectando principalmente a hombres jóvenes. La media de edad de los casos es de 32 años (rango de 3 a 68 años). Los menores de 15 años representan el 9% del total de casos.

La letalidad presenta una tendencia al descenso desde un 60 % en 1988 a un 33% en el año 2018.

Más del 70% de las personas residen en sectores rurales y también el 70% aproximadamente realizan actividades en el sector agrícola- forestal.

Situación epidemiológica actual

En las últimas semanas (diciembre 2018 – enero 2019) se está desarrollando un brote de hantavirus inusual, cuyo único antecedente es el de El Bolsón 1996, debido a la sospecha de la transmisión interhumana como principal modo de contagio.

El 14 de noviembre de 2018 se identifica un caso hantavirus con nexo epidemiológico de exposición ambiental. El 3 de noviembre dicho paciente asistió a un evento social, 5 asistentes del mismo presentan hantavirus. Actualmente se informan 25 casos totales (23 confirmados, 2 sospechosos) al día 10 de enero 2019 (9 fallecidos), todos contactos de otros casos.

Transmisión interhumana. Contactos de alto riesgo

Se define contacto de alto riesgo a persona de cualquier edad y sexo que se presente con síndrome febril con 48 – 72 hs de evolución y por lo menos uno de los siguientes síntomas: mialgias, síntomas gastrointestinales, cefalea; asociado a nexo epidemiológico (tareas laborales de riesgo/recreativas realizadas en las últimas 4 semanas; considerando un período de incubación de hasta 4 semanas, o haber tenido contacto estrecho con un caso confirmado de

hantavirus de al menos 30’, 48 hs antes de que el paciente diagnosticado con hantavirus haya comenzado con los síntomas o los mismos ya estén instalados).

Si hubiera tenido contacto directo o a través de algún elemento con secreciones respiratorias o saliva, no importa el tiempo de exposición. También se incluye a personas que tengan o hayan tenido relaciones sexuales sin protección con paciente con diagnóstico confirmado y accidente laboral con materiales biológicos procedentes de paciente con hantavirus.

Estos contactos deberían tener un seguimiento clínico por 2 meses y podrían ser candidatos a alguna terapéutica precoz . Su identificación proporciona mejores medidas de prevención.

Medidas de prevención basadas en la potencial transmisión interhumana

Las medidas de prevención deben ser definidas de acuerdo al modo de transmisión. 

En el contexto actual, las recomendaciones son:

Medidas generales de prevención para la población general:

El hantavirus es muy sensible, por lo cual: no resiste la luz solar, las corrientes de aire, los detergentes, desinfectantes como el cloro y el alcohol.

Al ingresar a un lugar cerrado por tiempo prolongado, se debe:

  • Abrir ventanas y puerta (desde afuera) y ventilar por una hora.
  • Colarse barbijo, además de indumentaria adecuada.
  • Rociar el piso con lavandina diluida en agua al 10%.
  • Realizar las tareas de limpieza que el lugar requiera.
  • Lavarse las manos al finalizar las tareas. La indumentaria debe ser de uso exclusivo para esta actividad.
  • Colocarse barbijo, además de indumentaria adecuada.
  • Rociar el piso con lavandina diluida en agua al 10%.
  • Realizar las tareas de limpieza que el lugar requiera
  • Lavarse las manos al finalizar las tareas. La indumentaria debe ser de uso exclusivo para esta actividad.

Medidas a tomar en área endémica o en situación de brote:

  • Mantener la vivienda limpia para evitar la presencia de roedores, eliminando los elementos en desuso que puedan servir para la nidación de los mismos.
  • Evitar que los roedores entren o hagan nidos dentro de las casas sellando todas las rendijas de más de 0,5 centímetros de abertura, tanto en el interior como en el exterior, con materiales como mallas de acero, cemento u otro material resistente a la acción de los roedores, sobre todo en aquellos lugares donde se almacenan alimentos.
  • Colocar las huertas y leñas lejos del hogar, en lo posible a 30 metros del mismo.
  • No usar alojamientos cerrados que puedan haber sido infestados por roedores, sin antes ventilarlos.
  • Acampar lejos de malezas y basurales.
  • No dormir directamente sobre el suelo; si es posible, usar un catre de por lo menos 30 cm de altura sobre el suelo y de usar carpas que en lo posible deben tener piso. 
  • Construir las bodegas o galpones de manera que eviten el ingreso de roedores y se ventilen permanentemente.
  • Reducir las probabilidades de exponerse a materiales potencialmente infecciosos como roedores y sus madrigueras.
  • Tener especial cuidado en la puesta en marcha de ventiladores y de aparatos de aire acondicionado cuyos filtros o conductos puedan haber tenido contacto con polvo contaminado, roedores o excretas de los mismos.

Para los pacientes:

  • Si se encuentra cursando un cuadro febril y sospecha que tuvo alguna exposición ambiental relacionada a roedores o estuvo en contacto cercano con un caso confirmado de hantavirus consulte a su médico.
  • Guardar reposo indicado. No asistir a lugares públicos.
  • Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón.
  • Evitar el contacto estrecho con sus convivientes
  • Ventilar los ambientes de su domicilio
  • Realizar la limpieza de su vivienda con solución de lavandina.
  • Utilizar preservativos en las relaciones sexuales.

Para los convivientes o contactos estrechos de un caso confirmado:

  • Utilización de barbijo N95 en los ambientes compartidos con otros convivientes.
  • Distanciamiento entre convivientes dentro de la vivienda.
  • Restringir las visitas al domicilio.
  • Restringir las salidas del domicilio a razones estrictamente necesarias, siempre con la utilización de barbijo.
  • Lavado frecuente de manos.
  • Limpieza de la vivienda con agua con lavandina.
  • Ventilación de la vivienda.

Fuente: Sociedad Argentina de Infectología.

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